Entre líneas de mis manos, cuerpo y mente pensaba…
Ven que no voy a cambiarte, ni tu vida será otra.
La rueda corre, existe el tiempo y aún no hay imites…
y caí en la planta de tus pies traías arena de otro mar
los limpié y me hacia la loca.
Cuantas horas pasaron en aquellos lugares oscuros,
escondidos, de bellos atardeceres,
hermosas estrellas e inmensos vacios,
donde tus palabras no eran ciertas.
Mira que te lo advertí, ya te habrás dado cuenta
yo no hago cosas normales.
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